CRÓNICA


CRÓNICA DE UNA BENDICIÓN DESEADA

     18 de enero de 1996. Una noche entera en el hospital, aún me encuentro en espera, ¡ya son las seis de la mañana! ¡Quiero salir ya! Solo escucho a un hombre decir que en aproximadamente una hora esta interminable dilación terminará. ¡Ya casi son las siete de la mañana! Por fin escuché a una mujer pedirle a mi madre que se prepare. Siento un cosquilleo en el estómago, estoy ansioso por salir al mundo y conocer a todos aquellos que he estado escuchando.
     29 de enero de 2001. Hoy es un día esperado, me han dicho que en la escuela se aprende mucho y que podré conocer muchos amigos, otros niños de mi edad. Me desperté primero que mi madre, estoy a la expectativa del nuevo mundo que aguarda por mí. La escuela estuvo de locos, una señora me daba órdenes ¿qué se creía? ¿Mi mamá? ¡Jah! Sin embargo estuve muy atento a sus indicaciones y al final del día me terminó agradando, la llamé “profe” soy muy creativo con los nombres, nadie la hubiese llamado así.
     24 de septiembre de 2005. A mi madre y a mí nos invitaron a una fiesta, dicen que irá mucha gente, tengo muchos nervios porque soy muy tímido, trataré de ser lo más precavido posible y además me pondré la mejor pinta. Ya llegamos de la fiesta, era en una iglesia, algo raro, no era un cumpleaños o un baby shower o un matrimonio ni nada por el estilo; escuché decir a quien presidía la función que esa celebración era mejor que cualquier otro evento que girara en torno a un hombre, ¡y sí que lo fue! Fue la mejor experiencia en mis cortos nueve años, lo mejor de todo es que recibí un libro, olía a nuevo, me encanta el olor de los libros cuando aún no han sido usados, en la tapa dice “Santa Biblia”, escuché decir que en su contenido encontraré la respuesta a todas mis dudas y que en este libro hay muchas bendiciones, algo así como un talismán.
     11 de junio de 2006. ¡Todo fue real! La Biblia sí me ha respondido un sinnúmero de preguntas, además obtuve una bendición, algo que deseaba: mientras leía una cita que decía “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 1 Corintios 12:4 RVR” Dones, es decir, ¡regalos! Yo quería uno y entonces expresé frente al libro – ¡deseo poder cantar! – Me reí durante un buen rato, yo un cantante ¡bah! Al cabo de un buen rato, cuando estaba en la iglesia se me acercó un amigo que también asiste conmigo a los cultos y me comunicó que en ese día debía cantar, tuve un momento de zozobra y el nerviosismo se apoderó de mí, traté de persuadir a mi amigo para que no tuviera que hacer semejante faena, nuevamente pensé ¡Yo cantando, qué locura! Jamás lo había hecho. Cuando llegó el momento escuché que se me llamaba desde la tarima, pasaban por mi mente una gran cantidad de trenzados pensamientos entre positivos y negativos, unos segundos después me encontraba con el micrófono en la mano y con una gran multitud de frente que esperaba escucharme cantar; cerré mis ojos intentando ocultarme de la mirada de aquellos cientos de jurados musicales. Ni yo creía lo que estaba pasando, mis cuerdas vocales se expandían y emitían un sonido muy claro y agradable, estaba tan impresionado que las lágrimas empezaron su recorrido por mis mejillas, tan pronto finalizó aquel idilio inverosímil abrí mis ojos, no podía entender en ese instante lo que pasaba, algunos lloraban y otros permanecían con sus ojos dilatados. Bajé de la tarima con un estremecimiento en mi cuerpo tan grande que sentía que las escaleras intentaban escaparse de mí.
     27 de noviembre de 2013. Hoy me gradué de bachiller técnico comercial, cuando terminó la ceremonia de graduación escuchaba a algunos de mis compañeros hablar de la universidad, un gran sueño, ingresar a una universidad, para ellos otra aventura en sus vidas para mí un simple deseo.
     11 de agosto de 2014. Escribo estas líneas desde el bus que me llevará a donde jamás pensé que hubiese podido llegar. Mi Biblia siempre ha estado conmigo y hoy la confirmo como parte fundamental en mi vida. Cuatro meses atrás me encontraba leyendo este libro maravilloso, pasé por un fragmento que decía “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:14 RVR”, un recuerdo llegó a mi mente ¡cantar te fue concedido! Ahora tenía otro deseo, entonces dije – en el nombre de Jesús deseo estudiar en la universidad – en ese mismo día nos llegó la noticia, un dinero que se nos debía hace mucho tiempo había regresado a nosotros, ahora había para pagar la inscripción y, al ser aceptado, también el semestre. El conductor del bus ya está poniendo en marcha el vehículo.
     06 de noviembre de 2014. Hoy desperté muy intranquilo, no me queda presupuesto para comprar comida, revisé todas mis prendas, inspeccioné el bolso que uso para las clases buscando algo de dinero, en mi mano solo hay unas cuantas monedas que suman mil doscientos pesos, tengo clase desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde, no sé qué hacer con esas monedas. Tomé mi celular y le marqué a mi madre pensando que quizás me podría solucionar algo, sin embargo para ella es imposible sacar de donde ya no hay, me despedí y no le conté mi situación no quise preocuparla. Regresé de clase, todo fue muy bien pero me siento enfermo, no he comido nada durante el día, hoy debo ir a la iglesia pero creo que tendrán que disculparme porque no iré, no en esta condición. Son las seis de la tarde y he decidido que sí iré a la cita con mi Dios, hace un rato tomé mi libro favorito y lo estuve leyendo y medité en lo que decía: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28 RVR” ¡Claro que sí! Si el infalible dice todo, es TODO. – deseo tener con qué comprar un gran sándwich y un enorme vaso de algún delicioso jugo –. Regresé de la iglesia y aún no salgo de mi asombro. Cuando llegue a la iglesia me dejé caer de rodillas sobre una silla y lloré como un niño a quien le han negado su petición, estuve así durante un buen rato hasta que pude desahogar mi pena. Los músicos iniciaron cantando //Puedes tener paz en la tormenta, fe y esperanza cuando no puedas seguir, aun con tu mundo hecho pedazos el Señor guiará tus pasos, ten paz en medio de la tormenta//, en ese momento sentí que toda preocupación, dolor, angustia y hasta el hambre se habían apartado de mí, permanecí con esa paz durante todo el programa. Al finalizar se me acercó una anciana me estrechó entre sus brazos abrió mi mano y depositó un billete de una gran cantidad – Mijito, por aquí le manda el Señor -, ella se despidió y salió hacia su casa, luego se me acercó otro hombre y me expresó lo mismo que la anciana y de igual forma tomo mi mano y colocó en ella otro billete, detrás de él se acercó otro y tras de ese otro había alguien más, aproximadamente unas diez personas se acercaron a mí con la misma historia – por aquí le manda el Señor –. Salí de aquel lugar con una alegría tan inmensa, tanto así que la misma noche se sentía risueña, adornada por una gran gama de estrellas de un brillo sin igual y una luna tan radiante que cualquier concurso de belleza la hubiese coronado esa noche por su esplendor. Me conduje hacia un sitio donde ofrecían buena comida y ordené el sándwich más delicioso que tuvieran junto a una refrescante bebida. Ciento veinte mil pesos habían en mi bolso, un deseo confirmado con creces, pues en la mañana solo tenía unas cuantas monedas.
     18 de enero de 2019. Hoy estoy cumpliendo veintitrés años y aproximadamente catorce de poseer mi gran heredad, mi Biblia. Este año, si todo sigue en el orden que va y Dios permite que continúe así, terminaré esta carrera que inicié y voy a finalizar con mucho esfuerzo, ¡que si deseo obtener esta victoria, claro que sí! Puedo decir que no le temo a mi talismán y que deseo que se mantenga conmigo hasta el día en que deje de existir sobre esta tierra.

1 comentario:

  1. La crónica es acertada. Revisar nimiedades con la redacción y puntuación.

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